La Escuela Circo Volátil es una entidad amiga de los niños/as.
Así ha sido siempre, pero ahora que cumplimos 10 años, nos hacemos mayores y vemos cada vez más la importancia que tiene este aspecto, así que lo queremos dejar por escrito, queremos que quede constancia.
Estamos convencidas, tanto Gema como yo, Sara, de que SOLO se puede aprender si estas disfrutando. Aprendizaje y disfrute van de la mano, nos lo han demostrado diversos pedagogos y ahora también la Neurociencia, pero sobre todo lo corrobora nuestra experiencia.
Por eso, en nuestra escuela, el primer objetivo general que tenemos, por encima de todos los demás, es que los alumnos/as disfruten de cada clase. Porque si están disfrutando, podrán aprender de una forma agradable, cómoda y lejos del sufrimiento. No, no estamos de acuerdo con el dicho «la letra con sangre entra», sino todo lo contrario.
Por eso, en nuestra escuela no queremos que venga ninguna persona que no quiera venir, tenga la edad que tenga (como si tiene 3 años, si él/ella no quiere estar, nosotras tampoco queremos que esté, pobriño, demasiadas cosas hay ya obligatorias en la vida …).
Por eso, en nuestra escuela las actividades NO son obligatorias, son otras cosas, son divertidas, son diversas, son participativas, son muy físicas, pero sobre todo, son opcionales y, si no quieres hacer alguna de ellas, nunca estarás obligado/a a ello.
Por eso, en nuestra escuela valoramos y fomentamos la diversidad y la creatividad como parte intrínseca del circo y de la vida. Cada clase hay un momento en el que pensar y decidir ¿Y ahora? ¿Qué quiero hacer? ¿Qué me apetece?.
Por eso, en nuestra escuela nos comprometemos a evitar cualquier comportamiento que produzca daño de cualquier tipo a los niños/as como avergonzar, humillar, aislar, etiquetar, despreciar, o castigar a los niños/as.
Y por ahora lo dejo aquí. Contenta de escribir esto, aunque lo revisaré y lo modificaré seguramente, para ser más políticamente correcta, porque sale de mis entrañas, del enfado y de la rabia de no ver estos valores en otros lugares que también tratan con la infancia. Esa etapa tan bella y delicada. Gema y yo nos consideramos, ambas, afortunadas de acompañar a tantos niños/as en su camino.
Nunca lo había escrito porque me parecía obvio, pero al parecer no lo es tanto. Hace falta escribirlo y hace falta recordarlo. Gracias por leer esta primera declaración de intenciones.